Es posible que sus líderes, historiadores e incluso sociólogos los hayan olvidado, pero Dios se ha acordado de ellos y envió a uno de Sus hijos a ayudarlos. Pastor Olman Sánchez sintió el llamado de Dios a ministrar a la gente de las montañas de Chirripó hace veinte años. No solo aprendió su idioma para comunicarse mejor con los grupos étnicos, los cabécares y los bribris, sino que también adquirió algunas habilidades médicas para atender las diversas dolencias que aquejaban a estas personas ya que algunos tendrían que viajar hasta tres días para llegar al hospital más cercano.

Pero tú lo has visto, tú miras la miseria y el dolor para acogerlos en tus manos. Salmos 10:14 (BLP)

Dios es un Dios que ve, ha visto y ha considerado las necesidades de esta gente. Él ha elegido al Pastor Olman para que sea Sus manos, pies y corazón para ellos. El Señor ha visto su necesidad de salvación ya que están inmersos en sus religiones y rituales tradicionales. Intentan prevenir o curar enfermedades causadas por presuntos espíritus malignos que vienen del océano o un vecino malvado que los ha maldecido mediante brujería mediante el uso de brebajes a base de hierbas y curas espirituales. Indudablemente, necesitan al Gran Médico que pueda sanar sus cuerpos, corazones y almas. Pastor Olman les presenta a Jehová Rapha, el Dios que sana todas las enfermedades y perdona todos los pecados. Es un hombre que siente pasión por las almas perdidas en su tierra.

Porque nunca faltarán pobres en tu tierra; por eso te ordeno: “Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra”. Deuteronomio 15:11 (NBLA)

Pastor Olman con pocos recursos ha abierto sus manos a los pobres y necesitados en su propia tierra de Costa Rica. Viajará de una hora a dos días a pie para llegar a estas personas que necesitan desesperadamente medicinas, alimentos, ropa y, lo que es más importante, a Jesús. Centra su trabajo en cinco aldeas y viaja a pie de aldea en aldea después de caminar por las montañas en un promedio de diez a doce horas. Él depende principalmente de la ayuda de donantes generosos que le dan comida, ropa, junto con otros suministros y recursos financieros. Sin embargo, la propagación del coronavirus ha provocado que gran parte de sus donaciones disminuyan enormemente.

 

Al momento de escribir este artículo, le preocupa no tener bocadillos para dar a los jóvenes a quienes ministrará en las montañas al final del mes. Tiene poco dinero para sus propios gastos personales, por lo que no puede proveerse de sus propias finanzas, pero tiene un espíritu indomable y no se rendirá. Dará ese paso de fe sabiendo que Dios es capaz.

 

Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abunden para toda buena obra. 2 Corintios 9:8 (NBLA)
Es posible que el pastor Olman no tenga la abundancia que necesita para sus buenas obras en este momento. Pero, sale difundiendo el Evangelio, cuidando a los pobres y necesitados por la gracia de Dios, para que estas personas sepan que el Señor no los ha olvidado.